Si quieres conocer los pueblos blancos de Cádiz atrévete a recorrer las carreteras en una ruta que te hayas trazado para visitarlos y saber de primera mano qué es lo mejor de cada uno. Se les llama de esta manera porque sus casas se pintan de blanco, frente a la constante caricia del sol que los baña y el contraste de coloridas flores.
¿Qué pueblos blancos hay en la región gaditana?
Podemos nombrar más de una veintena de estos poblados, que ostentan una particular personalidad, un estilo y un espíritu compartido que guarda intacto el sabor andalusí. Si quieres empezar tu ruta, hazte de un mapa de los pueblos blancos de Cádiz para que los recorras sin prisa, en coche, deteniéndote donde lo desees.
Te contamos cuales son los pueblos blancos de Cádiz: Espera, Grazalema, Zahara de la Sierra, Olvera, Prado del Rey, Coto de Bornos, Puerto Serrano, Setenil de las Bodegas, Alcalá del Valle, Arcos de la Frontera, Bornos, Benaocaz, El Gastor, El Bosque, Torre Alháquime, Villamartín, La Muela, Ubrique, Benamahoma, Villaluenga del Rosario, Algar y Algodonales.
Mapa de los pueblos blancos de Cádiz
Conservas de pescado Virgen del Carmen te presenta el mapa de los pueblos blancos que te permitirán tener una visión más general de la localización de cada localidad gaditana.
Setenil de las Bodegas
Puedes empezar tu ruta de los pueblos blancos de Cádiz en este poblado que está levantado en las hendiduras y bajo los peñascos que hay en el tajo del río Guadalporcún. Como otros pueblos de la zona, en su parte más alta se encuentra el castillo, del que puedes conocer la Torre del Homenaje y ver completo el particular trazado del pueblo. También está cerca el Mirador de Lizón, para que puedas ver otros ángulos. Si bajas caminando llegarás a las calles Cuevas del Sol y Cuevas de la Sombra. Transcurren a cada lado del río y debajo de la roca. Es el lugar perfecto para tomar unas tapas con el juego de sombras y luces y la integración con los peñascos, que las hacen únicas en el mundo.
Torre Alháquime
La historia es muy patente en este pueblo que conserva restos de la muralla medieval que rodeaba el casco histórico, dentro del cual puedes ver el Arco de la Villa, el monumento al Sagrado Corazón de Jesús y la Parroquia de Nuestra Señora de la Antigua, hitos por los que ha sido declarado conjunto histórico. Como sucede en varios de los pueblos blancos de Cádiz, en este existe la tradición de la cestería, que obsequia a los visitantes como tú excelentes cestos y alpargatas.
Alcalá del Valle
En tu ruta de los pueblos blancos no puede faltar esta parada. Podrás probar unos deliciosos espárragos y es una de las razones para detenerte. La Fiesta del Espárrago de cada año es todo un acontecimiento, con juegos y actividades deportivas. Esta hortaliza se cultiva y procesa totalmente en el pueblo y se dedica en buena parte a la exportación.
El Convento de Caños Santos de este lugar se construyó en el siglo XVI porque, según se dice en la cueva ubicada junto a la ermita del mismo nombre, apareció la Virgen.
El Gastor
Lo encontrarás entre los ríos Guadalete y Gaudalporcún. Vale la pena subir hasta el Pico Lagarín, que gracias a sus vistas le brinda a la villa el apodo de «el balcón de los pueblos blancos». Además, fue el lugar donde actuaban los bandoleros en los tiempos de la invasión francesa. Uno de ellos, Diego Corrientes, tenía una novia en el pueblo y en la casa donde según la tradición se encontraban está el Museo de Usos y Costumbres, pequeño y dedicado a esta historia y a la vida cotidiana de la época.
La Procesión de la Fiesta de Corpus es uno de los eventos de este pueblo que merece presenciar, pues transcurre al son de la gaita gastonera, un instrumento originario del pueblo. Ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Además, puedes visitar las cuevas de Fariñas y la del Susto o practicar deportes acuáticos en el embalse de Zahara-El Gastor.
Olvera
Es uno de los imprescindibles que te recomendamos en esta ruta, pues es la entrada al parque Sierra de Grazalema y fue declarado conjunto histórico artístico en 1983. Las casas relucen bajo las tejas y al pie de su castillo, al que puedes subir para conocer la Torre del Homenaje y apreciar la fantástica vista de los olivares, el pueblo y la sierra. Pero, además, desde allí podrás contemplar el esplendor de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, de estilo neoclásico. Probablemente es el pueblo más fotografiado de la zona.
Cuenta con el interesante Museo La Frontera y Los Castillos, ubicado en la casa de La Cilla, que te presenta la evolución y los cambios que se produjeron en la frontera entre los andalusíes y los reinos de la Cristiandad, además de ambientaciones históricas y muestras de tradiciones locales.
Algodonales
Las animadas plazas de este pueblo invitan a pasar la tarde tomando un café. Además, puedes practicar el parapente en la Sierra de Líjar. Su monumento más importante es la iglesia Parroquial de Santa Ana, de estilo barroco tardío y neoclásico. En las calles impregnadas de aroma a naranjas se oye el rumor de doce fuentes. Cerca está la pedanía de La Muela, desde donde puedes ver la Sierra de Líjar y los buitres leonados alzando vuelo y también puedes practicar deportes aéreos allí, como delta y parapente. Entre las tradiciones de este poblado está la fabricación de excelentes guitarras.
Zahara de la Sierra
Está ubicado en el parque natural Sierra de Grazalema. Te ofrece una panorámica que va desde su alto castillo, que le dio carácter de fortaleza de los nazaríes, hasta el embalse de Zahara-El Gastor.
Uno de sus atractivos es la Toma de Zahara de la Sierra, una realista recreación del pasado histórico donde todo el pueblo protagoniza a cristianos y moros y el tiempo vuela en reversa hasta un colorido 1483.
Grazalema
Este el lugar donde más llueve en toda la península ibérica y en invierno sus tejados se cubren de nieve. Declarado Conjunto Histórico Artístico, cuenta con algunas iglesias dignas de verse como la barroca Nuestra Señora de la Aurora, que se acompaña de otros templos de interesante arquitectura como Nuestra Señora de la Encarnación y San José. Una de las actividades que puedes hacer el senderismo que te permitirá apreciar los bosques, gargantas y cuevas, además del grandioso paisaje.
Los lugareños elaboran mantas artesanales que son tradición y que se exponen junto a otras labores preciosas en el Museo de Artesanía Textil, donde puedes ver las maquinarias antiguas y los telares utilizados en este oficio, además de comprar algunos bellos regalos.
Villaluenga del Rosario
Este es el pueblo de más altitud de la región y está situado al pie de una gran formación rocosa. La relación con la piedra es recurrente en sus calles y edificaciones como la iglesia de El Salvador y la de San Miguel. Su plaza de Toros es la más antigua de la región y tiene graderías hechas de piedra y una rara forma poligonal.
Este lugar es perfecto para los aficionados a la espeleología, pues hay decenas de cuevas como la de La Yedra y La Rajada y tres simas: la del Cacao, la de Villaluenga y la de los Republicanos. Cerca de este poblado, en la ruta hacia Benaocaz atravesarás un paisaje diferente, llamado la Manga, con cuevas que tienen restos prehistóricos e interesantes dólmenes.
Ubrique
También esta villa cuenta con una arquitectura que le ha valido la distinción de ser conjunto histórico. En sus pintorescas calles encontrarás dos fuentes: los Nueve Caños de estilo andalusí y la barroca fuente pública. El convento de Capuchinos y las iglesias de San Juan de Letrán y San Antonio son excelentes exponentes del barroco.
Los trabajos en cuero que se producen gracias a la combinación de nuevas y antiguas técnicas tienen una merecida fama internacional y puedes apreciar mejor la tradición de la marroquinería visitando el Museo de la Piel. Además, en el pueblo puedes participar en el rally Subida a Ubrique que se da cada año o practicar pesca, caza y cicloturismo.
Gastronomía de los pueblos blancos gaditanos
La región cuenta con varios productos de importancia que conforman una comida sana, abundante y gustosa. Puedes conocerla en los alojamientos y hoteles en los pueblos blancos de Cádiz o en cualquier establecimiento de restauración.
Ya mencionamos los espárragos de Alcalá del Valle, que los habitantes gustan de cocinar en una sopa con tomate. El aceite de oliva de la región cuenta con la Denominación de Origen «Sierra de Cádiz» e integra buena parte de las recetas. El cerdo ibérico proporciona a visitantes y lugareños con una excelente chacinería. Otros productos locales son las truchas que provienen de piscifactorías locales y los quesos, algunos de los cuales se producen en sendos pueblos, como el Bosqueño, de El Bosque, el Pajarete de Villamartín y el Payoyo de Villaluenga del Rosario. La cultura andalusí se manifiesta en una deliciosa y perfumada repostería, que te brinda tartas de queso de cabra, pestiños, huevos nevados, torrijas de miel y hornazos.
Los pueblos blancos de Cádiz son el fruto de una orografía sorprendente, un rico mestizaje cultural y una arquitectura que los engloba como conjunto. Pero al mismo tiempo son un muy diverso mosaico de usos, tradiciones y rasgos particulares. ¡No te los pierdas!